- ADELGAZAR O MORIR (Por Nelly Chong García)
La publicidad es un instrumento poderoso. Transmite información para el consumo, grafica la realidad social de un país, construye valores, y crea una visión respecto de las bondades del sistema económico. La correcta utilización de la publicidad es una exigencia que nos atañe a todos, pues nuestra sensibilidad también se ve afectada cuando la publicidad se utiliza sin ética y sin respeto por el consumidor.
La publicidad de “recargas de minutos” para teléfonos prepago ha demostrado ser la más agresiva y la menos ajustada a estándares éticos, llegando a realizar –sin lugar a dudas– las infracciones más groseras a la legislación sobre la materia. Los teléfonos prepago son aquellos que utiliza la población de escasos recursos. Sin embargo, es ahí donde se permiten complacientemente los fraudes más escandalosos: la “recarga de minutos” se agota si es que no se consume en el tiempo perentorio de siete o diez días; el costo de la tarifa para el consumo de estos minutos de promoción es dos, tres, cuatro o cinco veces mayor a la tarifa usual del cliente; el récord de consumo de minutos es realizado sin mayor supervisión o control; las restricciones solo se pueden conocer leyendo la letra pequeña (oculta) o cuando ya se ha adquirido la tarjeta; y el clásico “quéjese donde quiera”.
En el colmo de lo pintoresco, cuando un usuario reclama por lo que considera, por ejemplo, una errónea medida de su consumo en minutos telefónicos, el regulador Osiptel acude a la compañía regulada y ésta responde: “Nuestros equipos reportan ese consumo, por lo tanto, es correcto”. Ni siquiera al muestreo, el regulador efectúa una verificación de los sistemas de control de consumo de las compañías telefónicas.
¿Hasta cuando seguir afectando a los ciudadanos de esta manera? ¿Cuánto dinero ilegal obtienen las compañías con estas campañas publicitarias “promocionales”? El Indecopi no se da por aludido. Guarda silencio en todos los idiomas. Pareciera que el interés de esta institución está en manos de las empresas de telecomunicaciones. Incluso, para iniciar un procedimiento sancionador, son los propios ciudadanos los que tienen que exigir en medios de comunicación la actividad del supervisor de la publicidad, pues la actuación de oficio es algo que no va con las directivas de su actual presidente, que prefiere sus comodidades a la defensa de los consumidores.
El sentimiento de frustración de los usuarios se traslada al sistema económico: ¿cómo confiar en una economía de mercado donde las empresas de servicios esenciales hacen lo que quieren con el usuario y las autoridades no son capaces de corregir el comportamiento ilícito? Las multas, que rara vez se terminan colocando, no solucionan el problema, pues las ganancias obtenidas por el engaño son mayores y los agentes económicos lo saben muy bien.
El control previo de la publicidad en materia de servicios telefónicos es una buena medida. Ninguna publicidad en este ámbito debiera difundirse sin una previa autorización por parte de autoridad. Los que no saben usar la libertad, no la merecen.
La especialidad del mercado justifica una medida de control de este tipo. Además, el que se haya apostado de manera general por el control posterior en publicidad, en nada impide que se desarrolle el control previo en determinados mercados que así lo necesitan.
Desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 11 de junio que el brote de la cepa H1N1 del virus de la gripe era pandémico ya se han reportado unos 100 mil casos confirmados en todo el mundo.
En el Perú se han reportado cinco fallecidos y cerca de mil 800 contagios, que de seguro son muchos más. Es decir, hay un subregistro, ya que nuestro sistema de salud no tiene la capacidad de otros países donde las cifras son mucho mayores. Por ejemplo, en Chile son treinta los laboratorios que procesan las muestras con resultados en 24 a 48 horas. En nuestro país solo se cuenta con dos laboratorios, el del Instituto Nacional De Salud y el de la Marina que procesan las muestras en 48 horas o siete días, y ambos están concentrados en Lima.
Aunque la mayoría de las personas infectadas presenta síntomas leves, una pequeña minoría está desarrollando complicaciones graves. Como con todos los virus de la gripe, algunas personas corren más riesgo que otras. Desafortunadamente, las personas saludables también podrían enfermar gravemente o, tristemente, morir.
Es muy seguro que pese a la información diaria que recibe sobre esta pandemia son muchas sus dudas y temores. De acuerdo con lo referido por los lineamientos del Ministerio de Salud, la enfermedad la podemos clasificar en leve, si nos produce una sintomatología similar a la gripe común y pasa con un poco de reposo.
Será moderada si los síntomas se presentan con mayor intensidad y si hay factores de riesgo como diabetes, enfermedades bronquiales, y todas aquellas que bajan las defensas. En estos casos se debe acudir a un hospital y pasar por una evaluación médica.
En caso sea grave, se presentarán severos síntomas que comprometen la vida y el paciente deberá ser hospitalizados, se les hará la prueba y se les dará tratamiento.
La gran pregunta es ¿Cuándo tendremos la vacuna? Según las noticias, en los siguientes treinta días ya se estaría contando con la vacuna comercializada en dos dosis con un costo aproximado de 10 dólares cada dosis. De acuerdo con los fabricantes de vacunas –como Sanofi-Aventis, Novartis, Baxter, GlaxoSmithKline y Solvay– tienen la indicación de aumentar la producción de las inmunizaciones para esta cepa y mantener la de vacuna estacional.
El descubrimiento de tres casos aislados de gripe H1N1 resistente a la medicación Tamiflu, de Roche, en Dinamarca, Japón y Hong Kong, aumentó el interés en una vacuna para prevenir la infección. La OMS dijo esta semana que la resistencia de la influenza H1N1 al Tamiflu no parecía estar expandiéndose de manera sostenida ni preocupante.
Todos los pacientes con la variedad resistente se recuperaron por completo y sus virus fueron sensibles al tratamiento del otro antiviral recomendado por la OMS, el fármaco inhalable Relenza, de Glaxo.
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5. EL PERÍMETRO ABDOMINAL ( Por Pilar Frisancho - Médica )
La pancita característica en los hombres de más de 40 años, al igual que en las mujeres, nos indica que a esa edad el metabolismo se vuelve “lento” y, por lo tanto, si no se lleva una vida equilibrada en nutrición y en actividad física, esa zona se hará prominente. Ese aumento del perímetro abdominal se relacionan directamente con la obesidad y la grasa abdominal, y ambas provocan que la mortalidad se duplique en quienes la sufren. Por lo tanto es importante su control médico.
Un estudio reciente presentado en España, a través del cual controlaron durante diez años a casi 360 mil personas de nueve países europeos, trató de establecer una relación entre la mortalidad, el Índice de Masa Corporal (IMC) y el perímetro abdominal. Claro, evaluando la dieta, los factores de riesgo y la genética.
El mismo concluyó que los hombres con un IMC superior a 35 tienen un 90% más de riesgo de muerte que los que tienen un IMC de 25.3.
La relación con el IMC a veces no se condice con el perímetro abdominal, porque puede ser superior a lo normal y sin embargo no tener riesgo. Pero en el caso de la medida de la cintura, si se sobrepasan las medidas normales, sí existe un riesgo definido de acuerdo con este estudio.
Por ello la grasa abdominal es un elemento de predicción muy importante de riesgo de mortalidad, siendo más alto en aquellas personas con una gran obesidad abdominal y bajo IMC. La obesidad no es solo un tema de almacenamiento de tejido adiposo, sino que es un factor importante para el aumento del riesgo de tener cáncer, en el caso de las mujeres de mama y en los hombres de colon.
Aquellos hombres con un perímetro de cintura superior a 102 centímetros duplican la probabilidad de morir por cualquier causa, frente a los que tienen un perímetro menor de 86 centímetros. Las mujeres, por su parte, con más de 89 centímetros tienen el doble de probabilidades de correr la misma suerte respecto a aquellas que tienen menos de 70 centímetros de perímetro abdominal.
Terminando de leer este artículo agarre un centímetro y vea cual es su perímetro abdominal. Si sobrepasa dichos valores tiene mayor riesgo de padecer y morir por una enfermedad cardiovascular. Sin embargo, está a tiempo de tomar cartas en el asunto y asistir al médico para obtener el tratamiento necesario.
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- el domingo 19-07-09 (OBSTETRICIA)
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